El sábado 7 de agosto se inauguraba esta trágica semana con la muerte de un bombero en Palma de Mallorca. El lunes 9, un compañero portugués murió al caer su camión por un barranco. El martes 10, una bombera fue calcinada por un cambio en el viento que impidió su rescate a tiempo. Ayer, jueves 12 de agosto, dos bomberos gallegos murieron en el incendio declarado en San Vicente, en la parroquia de Oitavén, en el municipio pontevedrés de Fornelos de Montes. Hay que añadir otra víctima mortal que se produjo en la extinción de un fuego en la localidad coruñesa de Outes y otro bombero portugués, que también ha resultado muerto en este año.
En lo que va de verano, siete bomberos han muerto en incendios, en su mayoría víctimas de incendios forestales.
Lamentamos desde aquí el fallecimiento de estos compañeros y queremos hacer llegar nuestro más sentido pésame a familiares y amigos.
