Ayer los bomberos de la Generalitat de Cataluña protestaron frente al Parlament por los recortes en la campaña forestal. Los políticos autonómicos anunciaron que la campaña forestal de este verano será más corta y contará con menos personal, pero manteniendo los mismos medios áereos. Se contratarán un centenar de personas menos que el año anterior para la campaña de prevención de los incendios de este verano porque han considerado dar prioridad y mantener los medios aéreos.
Se ha justificado tal decisión en que "durante este verano no habrá menos riesgo de incendios que en el 2012, pero que serán más previsibles". El recorte previsto será de hasta un 60% en el personal para la campaña forestal de este verano 2013.
Los refuerzos sólo cubrirán los meses de julio y agosto. La simultaneidad de siniestros y cansancio acumulado por la carga de trabajo en el personal de extinción puede que aumente los riesgos de estos efectivos y mermen la seguridad de los trabajadores y empeoren el servicio prestado a la ciudadanía.
Otras comunidades, como la Valenciana, viene padeciendo estos recortes de personal desde hace tres campañas, a parte de querer, la empresa que gestiona las brigadas de emergencia, convertir los reconocimientos médicos anuales del personal fijo en un proceso de selección discriminatorio, haciéndolos obligatorios y excluyentes, amparándose paradójicamente en motivos de seguridad del personal. Por otro lado, el conjunto de bomberos forestales de Castilla-La Mancha ven peligrar sus puestos de trabajo tras pasar el verano, debido al anuncio de previsible cierre de la empresa pública que los gestiona para el próximo octubre.
Podríamos seguir enumerando casos... lo cierto es que nuestros montes están más desprotegidos que nunca y los recursos humanos disponibles cada vez son menos. Reducir gastos en educación, sanidad y seguridad, sin duda no es una buena elección de futuro. Como dice el dicho: "cuando truene, algunos se acordarán de Santa Bárbara".
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